Peter Lindbergh creía que la belleza no es delgada ni moderna. El creador de las supermodelos de los 90 nos recibió en su casa de Ibiza en el verano de 2016. Por Juan Suárez Foto Aisha Bonet
Lo ha hecho absolutamente todo. Cualquier celebridad de la industria de la moda que se precie de serlo ansía ponerse delante de su lente y, sin embargo, ese mundo le da bastante igual. “Nunca he querido estar ligado a él. No me gusta estar dentro de ese ámbito”, cuenta desde su retiro en Ibiza. “Esta es mi casa. Me gusta la montaña, la puesta de sol, navegar…”. Nuestro encuentro se produce en mitad de ese remanso de paz, días antes del que será su otoño más frenético: inaugura exposición en Rotterdam, publica libro con Taschen y da los últimos retoques al calendario Pirelli 2017.
¿Cómo surgió la idea de la exposición en Kunsthal?
A Thierry Loriot, el comisario, se le ocurrió plasmar mi visión del mundo de la moda durante 35 años, y yo era reacio porque le tenía un poco de respeto. Paralelamente publico un libro, no un catálogo, donde todos los diseñadores tienen su espacio en mis fotos: Alaïa, Armani, Versace… Thierry quería mostrar una visión diferente [el volumen, de hecho, se llama A different vision of fashion photography]; está clasificado por grupos y aúna mis tres pasiones: la danza, el cine y las supermodelos.
También está trabajando en el calendario Pirelli 2017…
La marca se ha vendido a un centro de inversores de China y a los chinos no les gustan las poses sexis en la playa ni ese tipo de cosas. Cada fotógrafo puede hacer como máximo dos calendarios Pirelli en su vida. Yo ya los había hecho. Esta regla no se ha roto en 50 años, pero querían que lo hiciera yo y que no fuera algo sexual. Les di un concepto diferente, les hablé de la belleza real y de trabajar con Nicole Kidman, Penélope Cruz y otras grandes actrices. Me dijeron que ya lo habían intentado varias veces. Al final lo conseguimos.
¿Qué tipo de mujeres le gustan?
Todas. No me gustan las mujeres de belleza moderna ni las que están demasiado delgadas. Suelo fotografiar la cara, así que en muchos casos no me fijo mucho.
Esa fue la razón de retratar a las supermodelos juntas?
Fotografié a las exsupermodelos de nuevo todas juntas hace un año y medio en Nueva York. Ahora Cindy Crawford, Eva Herzigova, Karen Alexander, Nadja Auermann y Tatjana Patitz tienen cerca de 50 años y están increíblemente guapas. Tatjana está más guapa que antes… pero oficialmente son ya exmodelos.
¿Le interesaría fotografiar a mujeres poderosas como Angela Merkel, Hillary Clinton…?
Sería interesante retratar a Clinton, pero a Merkel sólo me dan ganas quitarle el pelo de la frente para ver cómo es realmente.
¿Alguna vez le ha aburrido la moda?
Me da igual la moda, no me molesta mientras no me entorpezca la foto. No entiendo de diseñadores. Cuando fotografío no sé de quién es la ropa, plasmo una historia y ya está. Si la ropa no está en sintonía con la foto, pido que la cambien; si no, ni me fijo.
¿Por qué le gusta el flamenco?
No tengo ni idea, tiene que haber algo que provenga de vidas anteriores. Creo que he estado cerca de algo en otra época porque no escucho otra cosa cuando estoy solo. Pero no puedo escuchar flamenco cuando estoy con otra gente porque por lo general me piden que lo quite.
Hizo una sesión de fotos con Joaquín Cortés y Naomi Campbell.
Fue interesante. Creo que Joaquín estaba muy enamorado de Naomi, pero no sé si Naomi se ha enamorado alguna vez de alguien. Es una mujer complicada pero es una gran amiga.
¿Un momento mágico de la fotografía?
Los 10 días fotografiando a grandes estrellas para el calendario Pirelli. Ha sido muy intenso y mágico. Trabajar con artistas como Julianne Moore es algo maravilloso. Puede sonar raro, pero te puedes enamorar de personas intensas y bellas en unos instantes al estar cerca. He trabajado con grandes mujeres una detrás de la otra durante 10 días.
Usted quería ser pintor, ¿se plantea pintar ahora?
A veces pinto con los niños. Siempre hay papeles y pinturas fuera, es la única ocasión en que lo hago. Me viene la intención y se va. Soy un gran pintor con los niños y ya está.
¿Se siente una leyenda viva?
Nada de eso pasa por mi cabeza, me gusta ser normal, ir al supermercado… No quiero ser una estrella.
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