Firmado por Jean Nouvel, el Museo Nacional de Qatar se suma a la impresionante oferta arquitectónica de Doha, una ciudad de vanguardia que se reafirma como gran destino cultural. Por Andrés Rubín de Celis
Un museo concebido para contar la historia de Qatar debía, en palabras de su creador, el arquitecto francés Jean Nouvel, “evocar el desierto, su dimensión silenciosa y eterna, pero también la modernidad y la audacia que han venido a alterar lo que parecía imperturbable; así que, en el fondo, son las contradicciones de la historia lo que he tratado de expresar”. Y, para hacerlo, ningún icono tan reconocible y sugerente como la rosa del desierto –“la primera arquitectura autocreada por la naturaleza, por el viento, la arena y los milenios; de una sorprendente complejidad y poesía”, como señala Nouvel–, símbolo, con sus delicados pétalos petrificados, de una belleza y pujanza irrefrenables que cristalizan de la mismísima aridez. “Tomarla como punto de partida fue una idea muy progresista, incluso utópica. Hablo de utopía porque, para construir un edificio de 350 metros de largo, con sus grandes discos inclinados, intersecciones, voladizos y todos los elementos que evocan una rosa del desierto hay que enfrentarse a enormes retos técnicos. Aquí la arquitectura está a la vanguardia de la tecnología, igual que Qatar como país”. No en vano, y a pesar de ser uno de los estados más pequeños del mundo, presume de un impresionante catálogo de edificios firmados por premios Pritzkers –el Nobel de la Arquitectura–, que incluye a Norman Foster, Rem Koolhaas, Zaha Hadid o Arata Isozaki, además del propio Nouvel. Así como de liderar el ranking de riqueza del FMI con un PIB per cápita medio de más de 100.000 euros al año. Detrás del florecimiento cultural del país está Sheikha Al Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al Thani, hermana del actual emir y directora de todos los museos del país, a quien la revista Forbes ha rebautizado como “la reina indiscutible del mundo del arte actual”. Y, a su impresionante oferta museística, se unen excepcionales shopping centers y una selección de cocina internacional firmada por chefs laureados –como Gordon Ramsay o Guy Savoy– que hacen de esta antigua ciudad de perleros y pastores una capital del nuevo mundo, una babel multicultural sofisticada ideal para escapadas cortas. Eso sí, viajen entre octubre y abril.
A lo lejos el Museo Nacional de Qatar.
Detalle del techo del Museo Nacional de Qatar, inspirado en la geometría de los cristales.
DIRECCIONES
CÓMO LLEGAR. Qatar Airways, mejor aerolínea del mundo en los Skytrax Awards 2019, tiene vuelos directos desde Barcelona, Madrid y Málaga.
DÓNDE COMER. STK Doha, cocina internacional cool y con música en vivo. Hakassan Doha, un clásico de la cocina asiática.
DE COMPRAS. Fifty One East, lo mejor de las colecciones de diseñadores como Dries Van Notten, Isabel Marant, Balmain o Tom Ford, con un exquisito servicio personalizado, té a la menta incluido. Secret Notes, en The Pearl, el centro comercial más famosos de Doha, junto al paseo de la Marina, una perfumería ideal para iniciarse en el arte de los aceites aromáticos, perfumes y esencias orientales.
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