En las visitas a su familia política, los Vreeland, Lisa Immordino descubrió a personajes célebres e inquietantes que hoy protagonizan sus documentales Por Leticia García
Casi nadie lo conocía, pese a que muchos lo idolatren. La personalidad del fotógrafo (y figurinista, y pintor, y escritor) Cecil Beaton era un enigma complejo. Tan mordaz y ansioso de celebridad como Truman Capote, con una lengua viperina digna de Oscar Wilde y una fluidez sexual solo comparable a la de David Bowie, Beaton se presenta como un genio misterioso, un rompecabezas que Lisa Immordino Vreeland intenta recomponer en Love, Cecil, un documental nada complaciente con la figura de aquel que cambió el rumbo de la fotografía de moda del siglo XX. “Estuve más de tres años buceando en archivos, en museos, entrevistando a algunos de los que lo conocieron. No quise ensalzarlo ni tampoco polemizar, solo presentar los hechos, a veces contradictorios, de un personaje fascinante”, explica la directora.
A Lisa no le interesaba la creación de documentales (“de hecho ni los veo ni estoy al día del sector”, comenta), hasta que descubrió en una visita familiar a la abuela de su marido, la mítica Diana Vreeland, la editora de moda más famosa de todos los tiempos. “En su época, le decían que por su físico nunca llegaría a nada, y ella no solo eligió trabajar en moda, el reino de la apariencia; además llegó a ser la mejor”, explica.
De sus investigaciones surgió un libro, The Eye Has to Travel (Abrams, 2011) que posteriormente se convirtió en documental. “Después llegó Peggy Guggenheim, a la que descubrí en mi investigación sobre Diana”, dice, y más tarde la serie The Art of Style”, una serie de cortometrajes que descubren el proceso creativo de personalidades tan dispares como Andrew Bolton (comisario del Met Museum de Nueva York), el diseñador Pier Poalo Piccioli o el fotógrafo Tim Walker. “Podría parecer que quiero especializarme en documentales de moda”, apunta, “pero la realidad es que solo me quiero enfocar en personajes complejos. Casualmente, muchos de ellos están relacionados con la moda. A Cecil Beaton llegué porque en la familia Vreeland se refieren a él como Cecilia. Quise saber más enseguida”. Tras descubrir al público los misterios de Beaton (de su vena antisemita a su extraña relación con Greta Garbo), Lisa se ha impuesto un reto mayor. “Estoy investigando sobre Jean Cocteau. Sé que es complicado contar algo nuevo, pero muchas veces quedan hilos sueltos y solo hay que tirar de ellos para descubrir algo nuevo”, opina.
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